Nuestra Historia

Los Inicios 1984 – 1989

"Hacer del Mar un espacio de desarrollo y crecimiento del Estado"

El Almirante Don José Toribio Merino, mientras ejerció el cargo de Comandante en Jefe de la Armada y miembro de la Honorable Junta de Gobierno estableció como objetivo de su gestión de gobierno: «HACER DEL MAR UN ESPACIO DE DESARROLLO Y CRECIMIENTO DEL ESTADO».
Para cumplir ese propósito se fomentó la conciencia marítima nacional, se puso énfasis en la actividad pesquera y la investigación en apoyo a ella. Se mejoró significativamente la eficiencia y la productividad del sistema portuario estatal y se fomentó la inversión extranjera.

En el espectro pesquero de la época y de acuerdo con la política económica de apertura que se vivió posteriormente al año 1973, es preciso recordar que en virtud de esa nueva estrategia se establecieron empresas chilenas sobre la base de capitales españoles, coreanos y japoneses. Las nacientes compañías comenzaron entonces a operar naves con tripulación de nacionalidades, tanto chilena como de los países que aportaron los recursos económicos. Esto fue el resultado de un programa de integración que autorizó a las nuevas empresas, en el primer año de funcionamiento, para que fueran integradas por un 80% de personal extranjero, para –progresivamente- llegar al 20% como máximo de personal de procedencia foránea, después de 10 años de operación.

A principios de los años 80 los programas de integración de tripulaciones en la flota pesquera chilena de capitales extranjeros no se estaban cumpliendo. La causa de ese incumplimiento, entre otras, radicaba en que el país no disponía de tripulaciones preparadas para operar en naves de pesca de altura, con capacidad de captura y elaboración a bordo de recursos para el consumo humano directo.

En ese mismo período se promulgó el D. L. 3.166 (1980), por el cual el Ministerio de Educación fue facultado para traspasar a corporaciones privadas sin fines de lucro la administración de liceos de enseñanza media técnico profesional, entre los cuales se encontraba el Liceo Industrial «A – 8» «Almirante Carlos Condell» de Iquique. Este establecimiento había sido creado y construido a principio de los años 70, para servir a los compromisos de transferencia tecnológica asociados a los convenios de pesca firmados con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

Respondiendo a estas dos circunstancias, el Almirante Merino, acogió una recomendación del –a la sazón- Subsecretario de Educación, capitán de fragata, don Juan Enrique Froemel Andrade, y del Gabinete de la Armada para crear una Fundación que cumpliera los requisitos para asumir la administración del Liceo Industrial «A – 8 «Almirante Carlos Condell» de Iquique.

Atendiendo una solicitud del Almirante Merino, el 18 de abril de 1984, el empresario don Oscar Ahues Atala mediante un aporte patrimonial de un millón de pesos, creó la «Fundación Almirante Carlos Condell». El capitán de fragata JT don Jorge Beytía Valenzuela tuvo la misión de redactar los estatutos de la nueva entidad. En los preceptos del documento se encuentran sus objetivos:

«La creación, administración o dirección de universidades, institutos superiores, institutos profesionales o centros de capacitación que tengan por objeto la enseñanza y formación técnica en materias que digan relación con el quehacer marítimo en cualquiera de sus formas. La Fundación podrá, asimismo, crear, mantener o administrar centros nacionales o internacionales para el estudio o la investigación de los recursos que provengan del mar. En cumplimiento de sus obligaciones y, en especial, en la constitución, funcionamiento o administración de universidades, institutos superiores, instituciones profesionales o centros de capacitación, la Fundación se sujetará a las disposiciones legales y reglamentarias sobre la materia».

Según esos mismos estatutos, la Fundación es administrada por un Consejo Directivo presidido por el Jefe de la Oficina de Intereses Marítimos de la Armada, cargo desempeñado sucesivamente por los capitanes de navío señores, Mario Morales Ahumada (1984-1985), Roberto Barison Roberts (1986), Enrique Maldonado Roi. (1987-1999), e integrado por don Ernesto Ayala Oliva, presidente de la Sociedad de Fomento Fabril, don Ciro Iturriaga Garcés., Gerente General de la Sociedad Nacional de Pesca, CF Juan Enrique Froemel Andrade, Subsecretario de Educación y por los capitanes de navío señores Carlos Martín Fritz, Subdirector de la Dirección General del Territorio Marítimo y MM, y Fernando Espinosa Simonetti, Subdirector de la Dirección de Educación de la Armada y por el capitán de fragata JT señor Jorge Beytía Valenzuela,

Asimismo, los estatutos dejan estipulado que el Comandante en Jefe de la Armada será Presidente Honorario del Consejo con la facultad de integrarse a las sesiones y en tal caso presidirlas, así también le corresponde al CJA aprobar los acuerdos del Consejo Directivo relativo a la modificación de los estatutos y de la disolución de la Fundación.

Obtenida la personalidad jurídica, por resolución de Ministerio de Justicia N º385 de 11 de mayo de 1984, y respondiendo a las motivaciones de su creación, se firmó con el Ministerio de Educación el convenio que traspasó a la Fundación, en conformidad a las disposiciones DL 3.166 de 1980, la administración del Liceo de Enseñanza Media Técnico Profesional «A 8» «Almirante Carlos Condell», ubicado en Iquique.

En virtud de ese convenio, la Fundación recibe en comodato la infraestructura del liceo consistente en un predio de 6.5 hectáreas con amplias y bien equipadas salas de clases y talleres, un internado con capacidad de cien camas, dos casas para uso de los directivos del establecimiento y una concesión marítima en la bahía de Bajo Molle. Para la administración de este establecimiento, el Ministerio entregó una subvención anual en dinero igual al costo que representaba para el Estado la operación del liceo al momento de su traspaso. En tanto, la Fundación como nueva sostenedora se comprometió a mantener una matrícula de a lo menos 384 alumnos en 17 cursos y cuatro especialidades.

Con el propósito de revisar y actualizar los planes y programas de estudio para la formación de patrones de pesca, motoristas de naves especiales y técnicos de nivel medio en acuicultura y en elaboración de productos del mar, se nombró una comisión integrada por expertos del Instituto de Fomento Pesquero. Al mismo tiempo se firmó un convenio de cooperación académica con la Universidad Arturo Prat para la continuidad de estudio de los alumnos y perfeccionamiento de los profesores. De la misma forma se procedió con la Fundación Chile; en este caso, para desarrollar la producción experimental de ostras en la concesión marítima de Bajo Molle.

La aplicación del convenio de traspaso firmado con el Ministerio de Educación que se renovaría cada cinco años, permitió el normal funcionamiento del Instituto del Mar y como resultado de una cuidadosa administración de los dineros recibidos y donaciones del señor Ahues, fue posible mejorar las remuneraciones de los profesores, cubrir los gastos de mantención y realizar algunas inversiones en equipamiento y desarrollo, tales como la adquisición de un simulador de pesca, sesenta camas para el internado, una embarcación de 12 metros de eslora y una camioneta.

Completado el proceso de traspaso del Instituto del Mar en Iquique, el Almirante Merino encargó al Jefe de la Oficina de Intereses Marítimos y Presidente de la Fundación crear una escuela de pesca, al sur de Puerto Montt.

Para dar cumplimiento a esa tarea, los capitanes de fragata señores Jorge Beytía Valenzuela y Horacio Balmelli Urrutia, en un viaje a las provincias de Aysén y Chiloé, estudiando dónde instalar esa escuela de pesca o Instituto del Mar, tomaron conocimiento y aprobaron una visionaria iniciativa del entonces alcalde de Chonchi, don Federico Kruger Finsterbush. Su proposición fue la de transformar en sede de un liceo técnico profesional dos bodegas en desuso de la Empresa de Comercio Agrícola (ECA), construidas a principios de los años 70 para el almacenamiento de papas. El liceo tendría por objetivo entregar a los jóvenes de la zona las competencias para atender la creciente demanda de mano de obra calificada para las actividades pesqueras industriales, plantas procesadoras y centros de cultivo, que en esos días era cubierta por trabajadores temporales provenientes del centro del país.

Para la ejecución del proyecto, el Ministerio de Bienes Nacionales entregó a la Fundación los terrenos e instalaciones de la ECA en Chonchi. Con fondos aportados por la Municipalidad de esa localidad, Fundación Andes y de la Fundación, se habilitaron 12 salas de clases, oficinas de administración, casa para el director y un internado de varones con 60 camas.

Fue así como, en marzo de 1988, bajo la dirección de don Federico Krüger, inició sus actividades como establecimiento educacional particular subvencionado el Instituto del Mar «Capitán Williams», en la comuna de Chonchi. A partir de esa fecha y aplicando los planes de estudios del Instituto del Mar de Iquique, comenzó a formar Técnicos de Nivel Medio en Extracción Pesquera, Mecánica Naval, Elaboración de Productos del Mar y en Cultivos Marinos.

Para contribuir a la puesta en marcha de este nuevo instituto se designó una comisión que se trasladó desde el instituto de Iquique, integrada por tres profesores, entre ellos, la señora Silvia Peña Fernández, que actualmente se desempeña como directora del establecimiento, y dos docentes especialistas en elaboración de productos del mar, que después de tres años se desvincularon de la Fundación, para continuar una fructífera labor asesorando a diversas municipalidades para la creación y administración de colegios similares al Instituto del Mar de Chonchi.

Desde la perspectiva de contribución al desarrollo de los intereses marítimos y considerando que la actividad de cultivos marinos en el extremo norte era muy reducida, 16 alumnos que en 1987 aprobaron tercero medio en la especialidad de acuicultura en el Instituto del Mar de Iquique, fueron trasladados para completar su educación media en Chonchi. Ellos pasaron a formar, entonces, la primera promoción del «Instituto del Mar Capitán Williams», incorporándose a la actividad de cultivo de salmón, que en esos años recién iniciaba un proceso de crecimiento exponencial que hoy sitúa a Chile como el segundo productor mundial.

En los años posteriores, el Instituto del Mar «Capitán Williams», continuó creciendo para responder eficazmente a la demanda de mano de obra calificada en la región. En busca de cumplir con ese empeño se habilitó un internado provisorio para 12 niñas y en virtud a un convenio con el Ministerio de la Vivienda se construyeron -en terrenos cedidos por el Instituto- seis casas para profesores.

Con relación a la formación de tripulaciones para la flota pesquera de alta mar, el Director General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante, Vicealmirante don Gustavo Pfeifer, preocupado por las continuas postergaciones de los programas de integración de tripulaciones, inició conversaciones con la Fundación para la Cooperación Pesquera de Ultramar (Overseas Fishery Cooperation Foundation, OFCF) de Japón con la intención de procurar la firma de un convenio de cooperación y transferencia tecnológica que posteriormente, a contar de 1990 se aplicó en el «Instituto del Mar Capitán Williams», en Chonchi. sur de Puerto Montt.

Educación Superior para el Futuro

Anticipándose a los cambios políticos asociados a las disposiciones constitucionales que establecían el término del gobierno de las FF. AA., la Oficina de Intereses Marítimos de la Armada preocupada por dar continuidad y permanencia al programa de fomento de la conciencia marítima y ocupación efectiva del Mar de Chile, iniciado en 1973, creó el «Centro de Formación Técnica (CFT) «Carlos Condell» con sede en Iquique, la «Universidad Marítima de Chile» en Valparaíso y mediante un convenio de cooperación académica se hizo cargo de la administración de la sede Valparaíso del «Instituto Profesional Libertador de los Andes».

Todos esas iniciativas de educación superior y especialmente la universidad tuvieron como objetivo prioritario: «despertar en la clase dirigente y, en particular, en la juventud, una justa valoración del potencial marítimo de Chile y desde esa perspectiva, la voluntad y el compromiso personal de contribuir al desarrollo y crecimiento del país.

Conciencia Marítima y la Transición 1990 -1992

En marzo de 1990 asumió como Comandante en Jefe de la Armada y Presidente Honorario de Fundación, el Almirante Don Jorge Martínez Busch. Ese mismo año se cerró el Gabinete de la Armada en el edificio Diego Portales en Santiago. En esa circunstancia, además de la administración de los institutos del mar y la puesta en marcha de los establecimientos de educación superior ya creados, la Fundación asumió espontáneamente, en la medida de sus capacidades y recursos, la continuidad de las actividades de extensión y fomento de la conciencia marítima, que hasta esa fecha estaban radicadas y eran financiadas por la Oficina de Intereses Marítimos de la Armada.

Las actividades de fomento de la conciencia marítima fueron materializadas con diversas programaciones entre las que se incluyó la coordinación de la celebración del «Mes del Mar», el «Programa de Escuelas Asociadas», los cursos «Realidad Marítima de Chile» para profesores y las acciones de capacitación para pescadores y tripulantes. También se organizó, en conjunto con la Liga Marítima de Chile, el Primer Encuentro Nacional de Educación Pesquera, con participación de destacados relatores extranjeros. Todas estas acciones fueron coordinadas por la unidad de Conciencia Marítima y Educación a cargo de la profesora señorita Patricia Basáez Vásquez.

En ese nuevo escenario, la gestión de la Fundación quedó radicada en Valparaíso a cargo del presidente del consejo, capitán de navío (R) señor Enrique Maldonado Roi, quien continuó vinculado a la Armada como jefe de la Oficina de Políticas Marítimas de la Dirección General del Territorio Marítimo y Marina Mercante. En Santiago se mantuvo hasta 1992 la oficina de administración y finanzas, a cargo del consejero capitán de navío señor Jorge Beytía Valenzuela quien, desde la creación de la Fundación se desempeñó como secretario ejecutivo, hasta el año 1994 cuando al momento de asumir, con el grado de contraalmirante, el cargo de Auditor General de la Armada, renunció como miembro del Consejo Directivo de la Fundación, después de haber servido abnegadamente en él desde sus inicios.

El Consejo Directivo, en reconocimiento a los extraordinarios servicios prestados por el contraalmirante JT don Jorge Beytía Valenzuela, lo nombra Consejero Honorario de la Fundación «Almirante Carlos Condell». De esa forma se inició una costumbre que luego con motivo de la conmemoración de diez años de su creación aplicó al nombrar Consejeros Honorarios a los restantes integrantes primer consejo de la Fundación y a don Oscar Ahues Atala, su fundador.

Durante ese período, la composición del Consejo Directivo de la Fundación tuvo las siguientes modificaciones: en 1990 renunció don Juan Enrique Froemel Andrade y fue reemplazado por don Alejandro Navarrete Pinochet; en 1991 lo hace don Ernesto Ayala Oliva y en su reemplazo, la Asociación de Industriales de Valparaíso y Aconcagua, designó a don Osvaldo Merino Fernández. Don Germán Ilabaca Escribano, presidente de la Sociedad Nacional de Pesca, reemplazó a don Ciro Iturriaga Garcés. El Consejo en esa etapa lo completaron los Subdirectores de Instrucción de la Armada, capitanes de navío señores Enrique Casselli Ramos (1990) y Carlos Sánchez Paredes (1991). La Dirección del Territorio Marítimo y MM, estuvo representada por los capitán de navío, señores Jorge Vergara Dukic, (1990-1991) y Federico Klein Koch (1992). En 1992 el Gerente General de la Sociedad Nacional de Armadores, don Sergio Núñez Ramírez., reemplazó a don Alejandro Navarrete Pinochet.

Consolidación y Crecimiento 1993-1998

La diversidad de actividades asumidas por la Fundación y la administración de numerosos establecimientos educacionales, hicieron necesario por una parte definir su campo de acción y por otra adecuar la organización a esta nueva realidad, de forma tal que en 1992 se trasladaron a Valparaíso las funciones de administración y finanzas y se cerró la oficina de Santiago. La gestión operativa fue delegada a los establecimientos educacionales dependientes que pasaron a constituirse en unidades ejecutoras regionales en Iquique, Valparaíso, Chiloé y posteriormente en Talcahuano.

El presidente del consejo y un reducido equipo de colaboradores, apoyado por un comité asesor, se hizo cargo de las funciones de dirección, supervisión, control y planificación. El comité asesor, una instancia de apoyo para la toma de decisiones del presidente y para la formulación de nuevas iniciativas y proyectos, es designado por el consejo directivo y estuvo integrado por profesionales y expertos vinculados a la Fundación por un especial afecto o identidad con sus principios y objetivos.

La sede Valparaíso tiene como centro de operaciones el «Instituto Profesional Libertador de los Andes» ubicado en Gran Bretaña 1001, Playa Ancha donde, además de la formación de educadoras de párvulos y profesores básicos, se coordinan las actividades de extensión y fomento de la conciencia marítima y cursos de capacitación en la zona.

El «Instituto Profesional Libertador de los Andes», IPLA, fue creado en el año 1981 de manera tal que cuando se firmó el convenio de cooperación con la Fundación, en 1990, se encontraba acreditado para dar las carreras de Pedagogía en Educación General Básica y Educación de Párvulos, en forma autónoma. En el año 2003 obtuvo el reconocimiento oficial del Ministerio de Educación de su plena autonomía.

La Fundación asumió la administración de la sede Valparaíso del IPLA y en 1991 inició la formación de educadoras de párvulos en jornada vespertina con un curso de sólo 19 alumnas, para en 1995 comenzar con la formación de profesoras de educación básica. Desde 1993 a la fecha se han graduado 216 profesionales de la educación, en cursos integrados mayoritariamente por personas que desean completar estudios o que después de haber desempeñado por largo tiempo labores no docentes, desean obtener un título profesional que les acredite para ejercer tales funciones.

La malla curricular aplicada en la sede Valparaíso del IPLA corresponde a la acreditada oficialmente por la casa matriz en los Andes, a la cual se le ha incorporado como objetivo transversal el conocimiento y comprensión de la realidad marítima de Chile, y en los trabajos de titulación se privilegian temas acordes a los principios y valores de la Fundación. Así también, con el propósito de incorporar en la formación de los profesores, la familiarización con la tecnología informática como un recurso de aprendizaje, se habilitó una sala de computación con 12 equipos en red, estos equipos también fueron usados durante los años 1996 y 1997 para dictar cursos de capacitación de operación de redes para el personal de la DGTM y MM.
En los primeros años, la baja matrícula y los bajos aranceles cobrados, en función del rol social que se le asignó a esta actividad, no permitieron su autofinanciamiento, debiendo la Fundación y la Armada cubrir la remuneración del director y los consumos básicos. No obstante, a contar de 1994 se autofinanció y con los excedentes de operación, costea los programas de extensión y conciencia marítima, como son, las Escuelas Asociadas, las Brigadas Mar de Chile, el Boletín Marinero y eventualmente los cursos llamados «Realidad Marítima de Chile», destinados a profesores.

«Programa de Escuelas Asociadas»; fue iniciado en 1988 y consiste en una red de establecimientos de educación básica y media inscritos en forma voluntaria al programa con el compromiso de realizar, con el apoyo de la Fundación, actividades vinculadas al conocimiento y protección del medio marino. Este programa llegó a tener 94 establecimientos adheridos en el año 1994, los que se fueron integrando paulatinamente a las Brigadas Mar de Chile.

«Brigadas Mar de Chile», tienen por meta educar, instruir y adiestrar a estudiantes de educación básica y media mediante actividades recreativas deportivas y culturales, con relación al mar de Chile. Este programa fue asumido por la Fundación en 1992, atendiendo a una solicitud de la Dirección de Educación de la Armada y de esta forma prolongó una actividad iniciada en el año 1986, por la base aeronaval de El Belloto; se inició con 378 brigadistas de 15 colegios de la V Región, y en el año 2003 agrupaba a 387 estudiantes de colegios de la citada región, más las escuelas «Teniente Manuel Orella» y «Las Playas» de Caldera.

Con el propósito de mantener una vinculación con las escuelas asociadas y con las brigadas de mar, sede Valparaíso, entre los años 1992 y 1998 editó el Boletín Marinero, publicación que difundía material de apoyo para los profesores e información sobre los más variados temas marítimos, históricos y culturales acerca del Mar de Chile.

Curso «Realidad Marítima de Chile» para profesores, destinado a fomentar entre los educadores el conocimiento y valoración de la realidad marítima. Estos cursos se dictaron hasta 1995 en Valparaíso, Iquique, Los Andes y Chonchi. Así también, durante este periodo se dictó el curso de Familiarización Pascuense, con el propósito de entregar antecedentes y orientaciones que facilitaran la adaptación y las relaciones sociales del personal naval y de los familiares destinados a la isla.

La capacitación se consumó como una actividad coordinada por la sede Valparaíso y para ello fue necesario acreditarse en el Servicio Nacional de Capacitación y Empleo, SENCE, como Organismo Técnico de Capacitación, OTEC. Estas acciones se orientaron principalmente al personal en retiro de la Armada que desea incorporarse a la actividad pesquera y a tripulantes de la marina mercante y de pesca, que debe cumplir requisitos o rendir exámenes exigidos por la autoridad marítima y se dictan de acuerdo a la demanda específica de las empresas o grupos de personas que lo soliciten.

Entre los años 1990 y 1996, se dictaron cursos para personal naval en retiro que optaba al título de Patrón de Pesca Costero o Motorista Segundo de Naves Especiales y dos cursos para Patrones de Pesca Costero, de preparación para el examen que los habilita para navegar a más de 60 millas de costa y tres cursos de formación de tripulantes de alta mar para marineros que cumplen el Servicio Militar Obligatorio.

Desde el año 1998, en convenio con la Academia Politécnica Naval, los cursos de supervivencia en el mar, control de incendios y primeros auxilios se comenzaron a dictar en dependencias de las Escuelas de la Armada y la Fundación cancela el costo de estos servicios de acuerdo a un arancel fijado por las partes.

En Iquique, el Instituto del Mar se constituyó en el centro del quehacer de la Fundación en la Primera y Segunda Región, donde además de las actividades propias de un liceo de enseñanza media técnico profesional, emprendió acciones de capacitación para personal embarcado en la flota pesquera.

Desde que la Fundación asumió la administración del Instituto del Mar ha sido preocupación permanente de ella disponer de un equipo de profesores idóneo, con planes de estudio pertinentes a la realidad laboral del entorno y con equipamiento y recursos de aprendizaje, apropiados para entregar una educación eficaz.

En esta búsqueda de la calidad y pertinencia del proceso educativo, fue necesario armonizar los cambios en la estructura de la educación media técnico profesional, decretados por el Ministerio de Educación, con bruscas fluctuaciones de la actividad económica relacionada. Para responder a esa necesidad, en el ámbito local se creó el consejo asesor empresarial y en el ámbito nacional se organizaron, en los años 1991 y 1994, Encuentros Nacionales de Educación Pesquera, con el patrocinio del Ministerio de Educación.

A este respecto, en el año 1985, se modificó la estructura de la educación técnico profesional, cambiando desde un ciclo diferenciado por especialidades de tres años, entre tercero y quinto año de enseñanza media, por un ciclo de cuatro años de primero a cuarto medio, con el primer año común. Ese cambio hizo necesario adecuar la planta de profesores a una mayor carga horaria del área científico humanista, en desmedro del área técnica y por otra parte los estudiantes ingresan más jóvenes y muchos egresan antes de cumplir los 18 años de edad.

El cambio en la edad de los alumnos atendidos en el instituto y la condición de actividad de la industria pesquera en el norte exigían una manipulación y elaboración más cuidadosa y tecnificada de los recursos; a la vez, la situación alentaba grandes expectativas en los cultivos marinos. Hay que recordar que el norte en el ámbito pesquero vivía un momento de gran expansión, con volúmenes de captura históricos y una creciente demanda en los mercados internacionales de productos del mar para consumo humano. Si bien los planes de estudio estaban recientemente actualizados por profesionales de Instituto de Fomento Pesquero, IFOP, era necesario entregar a los alumnos de primer año una visión lo más objetiva posible de la realidad pesquera para orientar la elección de especialidad al pasar a segundo año medio. A los egresados había que agregar, además de las competencias propias de la especialidad, un adecuado conocimiento y familiarización con los equipos y rutinas de una industria con tendencia a desarrollarse en lugares apartados de los centros urbanos.

Para responder a esas necesidades, a contar de 1990, se habilitó talleres tales como un simulador de pesca, un banco didáctico de control hidráulico y neumático, una embarcación de 12 metros de eslora para instrucción, un laboratorio de microbiología, un laboratorio de informática con 8 equipos en línea. También se formó lo que se conoce como una «Escuela de Incendio» con todo el equipamiento exigido por la DGTM y MM para dictar los cursos OMI (Organización Marítima Internacional) de supervivencia en el mar y de control de incendio. Asimismo, se dispuso de una planta de elaboración de productos del mar, donada por la Universidad del Norte, mientras que en la concesión marítima de Bajo Molle se realizaron cultivos experimentales de ostras y ostiones. Mediante un convenio firmado con IFOP en 1995, gracias a que el buque de investigación pesquera «Carlos Porter» estableció puerto base en Iquique, fue usado por el Instituto del Mar para entrenamiento de los cursos de pesca y de mecánica naval, situación que se prolongó hasta el año 2002.

Esas facilidades y equipamiento permitieron, además, dictar cursos de capacitación a personal embarcado en la flota pesquera, cursos de control de incendio para obreros de la gran minería y de operación de redes informáticas para el personal de la Gobernación Marítima local.

Contrastando con la situación anterior, a mediados de los años 90 la actividad pesquera extractiva en el norte de Chile cayó bruscamente, tanto en lo relativo a las capturas de la flota industrial, como a la elaboración de productos del mar para consumo humano. Los centros de cultivo tienden a concentrarse en las regiones de Atacama y Coquimbo y a consecuencias de esta situación, aun cuando no hay una merma importante en las postulaciones a primer año, decae el interés y la motivación de los estudiantes, lo que los hace más vulnerables a la influencia de conductas de desadaptación social tales como la drogadicción, el alcoholismo, la delincuencia y la prostitución.

Para atender a esa realidad, además del trabajo abnegado y la dedicación de los profesores del Instituto y la colaboración de instituciones locales como Pamdroga dependiente de CONACE y OS-7 de Carabineros, se incorporaron al Comité Asesor de la Casa Central, los profesionales de la Dirección de Educación de la Armada, señora Verónica Leiva Guerrero y señor Mario Lens Gaete; la psicóloga del Hospital Naval de Talcahuano, señorita Mónica Lagos Núñez y la docente de la Universidad de Playa Ancha, señora Consuelo León Wöppke. Estas profesionales proporcionaron la asistencia técnico pedagógica necesaria para reformular el proyecto educativo, cursos de manejo conductual de adolescentes para los profesores y participaron en la selección del personal docente. Ese proceso de ajuste coincidió con la promulgación de la Jornada Escolar Completa Diurna y del decreto 220 sobre Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios.

Como resultado de ese proceso se suspendió la especialidad de Elaboración y se creó la de Oleohidráulica Industrial, orientada a satisfacer la demanda de la industria minera. Luego de la promulgación del decreto 220 fue necesario adecuar los planes y programas al rígido marco establecido por el Ministerio de Educación para los liceos técnico profesionales. Con ese propósito se reformuló el Proyecto Educativo Institucional manteniendo las especialidades de Extracción Pesquera y Cultivos Marinos, e incorporaron las de Mecánica Automotriz y Operador Marítimo Portuario, y se dio especial importancia a la familiarización de los alumnos con el uso de la informática.

Con relación a la formación integral de los alumnos y el rendimiento escolar, se contrató los servicios de una psicopedagoga y se incrementaron significativamente las actividades extracurriculares con fuertes inversiones en medios de apoyo, tales como; la construcción de una piscina de 15 por 25 metros, la remodelación y ampliación de la biblioteca y la habilitación de un laboratorio de informática con 30 equipos en línea y capacidad para correr programas complejos como Auto CAD 2000. Por otra parte, se mejoró significativamente la calidad de vida en el internado y el equipamiento de la banda de guerra.
En ese esfuerzo por mejorar la formación general de los alumnos, representaron un significativo aporte los programas del Ministerio de Educación, ENLACE y MECE MEDIA, destacando en su ejecución el proyecto de mejoramiento educativo, «En el umbral de mi futuro me proyecto en equipo», financiado por ese ministerio, ejecutado por la especialidad de Cultivos Marinos a cargo de la jefa de especialidad y actual Inspectora General, señora Roxana Ojeda Alvarado.

No obstante los esfuerzos, persistieron los problemas de rendimiento escolar con índices de repetición y deserción cercanos al 20% anual. Esto era resultado, principalmente, de que consecuentes con el principio de igualdad de oportunidades no se considera necesario tomar examen de conocimientos para ingresar a primer año y, por lo tanto es el Instituto al que le corresponde diagnosticar y dar las facilidades adecuadas para nivelar los conocimientos del curso según los contenidos mínimos obligatorios. Al mismo tiempo, el Instituto se ve en la obligación de exigir al alumno el esfuerzo necesario para superar las secuelas de una educación básica insuficiente. Quienes al término del primero o segundo año no alcanzan los mínimos establecidos en los programas oficiales, no deben pasan a tercer año para continuar el ciclo de educación diferenciado por especialidades.

En este esquema de facilidades y exigencias está considerada la posibilidad de repetir curso en el Instituto para aquellos estudiantes que habiendo hecho un esfuerzo importante, reconocido por el profesor, no alcanzan a cumplir los mínimos exigidos para pasar de curso.

El Instituto del Mar«Capitán Williams» fue creado en momentos que existía una demanda no satisfecha de tripulantes para naves de altura con capacidad de elaboración a bordo (buques fábrica). Por su parte, numerosas plantas conserveras instaladas en la zona recurrían a trabajadores temporales transplantados desde el centro del país hacia el sur; sumando a esos antecedentes la impronta de la industria salmonera que completaba el ciclo experimental iniciando el proceso de producción industrial. Estos factores generaron una demanda extraordinaria de mano de obra calificada que, con pequeñas variaciones, se ha mantenido hasta estos días.

En esas circunstancias, la presencia del Instituto del Mar más allá del factor oportunidad tuvo el mérito de canalizar adecuadamente la natural aptitud y vocación por las cosas del mar de los chilotes, al dar una respuesta eficaz a una situación que afectaba a dos industrias vitales en el desarrollo del país, de los intereses marítimos y especialmente de la región.

La presencia y apoyo de Japón

La eficacia y el prestigio alcanzado por el Instituto del Mar «Capitán Williams», en poco más de quince años en lo relacionado con la formación de tripulaciones, se deben principalmente al apoyo de la cooperación japonesa por intermedio de la Fundación para la Cooperación Pesquera de Ultramar (OFCF) que, atendiendo a un requerimiento formulado años antes por el almirante Pfeifer, firmó con la Subsecretaria de Pesca de Chile, un convenio de cooperación para la formación de tripulaciones de naves pesqueras de arrastre en el Instituto del Mar ubicado en Chonchi.

En virtud de ese convenio, el Instituto recibió entre los años 1990 y 1993 aproximadamente medio millón de dólares en material didáctico, aparejos de pesca, simuladores de radar y de sonar para los talleres de pesca y navegación, motores y máquinas, herramientas para mecánica, un vehículo y una lancha de 7 metros de eslora, etc. Durante los cuatro años de aplicación del convenio, cuatro expertos japoneses formaron parte del cuerpo docente del Instituto y cuatro profesores chilenos, dos de pesca y dos de mecánica, realizaron una pasantía de tres meses en un centro de entrenamiento pesquero en Japón.

La valiosa y oportuna cooperación japonesa se vio incrementada por la presencia en el Instituto como instructores de el capitán Yasuo Nicho y el jefe de máquina Kurayuki Shimomichi quienes con su experiencia profesional y ejemplo contribuyeron a definir la identidad del Instituto haciendo de los egresados de cubierta y máquina, tripulantes altamente cotizados por las flotas chilenas y de ultramar que operan en los mares australes y océano índico.

Durante los cuatro años de aplicación de este convenio actuó como coordinador y representante en Chile de OFCF el presidente de la empresa pesquera EMDEPES señor Yoshinobu Sakamoto y como contraparte chilena en representación de la Fundación el capitán de corbeta señor Kristian Yahn Toro. Así mismo es necesario destacar la colaboración del gerente de personal de EMDEPES, Sr. Alvaro Monma Bernales, quién además de coordinar los embarques de práctica en buques de la empresa, en frecuentes visitas al Instituto del Mar entregó oportunos y objetivos informes sobre el desempeño de los egresados del Instituto, antecedentes de gran utilidad para cautelar la pertinencia de los programas y la calidad de la formación que se entregaba a los alumnos.


Significativos aportes

Con relación a los cultivos marinos y elaboración de productos del mar el éxito alcanzado deriva de un permanente contacto con la industria para conocer el desempeño de los egresados y la adopción de la modalidad de educación dual en un régimen de alternancia a lo largo del año lectivo, en el cual los alumnos participan de treinta días de experiencia laboral en los centros de cultivo, para continuar con treinta días de clases sistemáticas en el Instituto.

La especialidad de elaboración ha requerido ajustes más severos en su trayectoria; tal es así que fue interrumpida en el año 1989, respondiendo al cierre de gran parte de las plantas conserveras de la zona y en su reemplazo se incorporó la asignatura de elaboración de productos del mar en las otras especialidades. No obstante, esa decisión debió ser reconsiderada el año 2003 por el hecho de que es una actividad más apropiada para las damas, respecto de las otras especialidades cuyas características son más atractivas para los varones. Por otra parte, las exigencias en la manipulación y control de calidad en las plantas procesadoras de salmón, requieren de mano de obra de alta calificación y experiencia.

Es así como las circunstancias anteriores han permitido cautelar la pertinencia y la buena formación técnico profesional de los egresados logrando una alta cotización en la industria local e internacional, en el caso de la pesca, con rangos de empleo superiores al 85%.

El camino recorrido no ha estado exento de desafíos que se han superado gracias a la colaboración de instituciones como, la Armada de Chile, Fundación Andes, Fundación San José de la Dehesa y la Empresa de Desarrollo Pesquero (EMDEPES), en lo que se refiere a la infraestructura y equipamiento, y del cuerpo de profesores y los asesores técnico pedagógicos de la Dirección de Educación de la Armada respecto de los aprendizajes y la formación de principios y valores.


Docencia adaptada a la Región

Un desafió importante surge de las características de la región y de su gente, con una gran dispersión territorial, y formas culturales marcadas por una especial adaptación a las cosas del mar y rutinas definidas por fenómenos naturales referidos a la meteorología, las mareas y los ciclos del sol y la luna. A ello se agrega la poca disposición a cumplir horarios y compromisos de una actividad laboral dependiente, la tendencia al consuno de alcohol y una gran diversidad en la calidad de la educación básica.
Ante tales características de los educandos que acuden al Instituto desde los más variados puntos del Archipiélago de Chiloé y en ocasiones de otros puntos del país, fue necesario emprender una serie de tareas; la primera consistió en ampliar la capacidad de internados para alcanzar una matrícula que permitiera el autofinanciamiento por medio de las subvenciones Así, en 1991 con fondos propios y de Fundación Andes se habilitó un internado de hombres con 200 camas y otro con 56 camas para mujeres.

Procurando una solución más integral, con financiamiento propio y aportes de Fundación Andes y Fundación San José de la Dehesa, se ejecutó el «Programa de contribución al desarrollo personal y capacitación laboral de los jóvenes de Chiloé. La finalidad del programa fue: aumentar la cobertura escolar; mejorar la atención y optimizar el uso del tiempo libre de los alumnos que permanecen durante el fin de semana en el establecimiento; fortalecer la participación de la Fundación «Almirante Carlos Condell» en los programas de capacitación laboral de jóvenes; para lograrlo se construyó un edificio de 432 m2, con 4 salas de clases, laboratorio de computación con 20 equipos, laboratorio de ciencias equipado, biblioteca de 100 m2, todo lo cual permitió aumentar la matricula a 650 alumnos con 400 internos.

Continuando con el espíritu de mejorar la calidad de vida de los internos y el uso del tiempo libre, en 1997 se construyó un gimnasio techado y en el año 2000, con un nuevo aporte de Fundación San José de la Dehesa se construyó el internado «Padre Ronchi». Esas acomodaciones fueron dotadas con 200 camas, con lo cual la capacidad de internados aumenta a 500 varones y 70 damas. Además se construyeron dos casas, una para uso del director y otra para el subdirector. En los años 2002 y 2003 se amplió la biblioteca en 160 m2.

Nada de lo anterior habría representado una acción eficaz si, simultáneamente, no se hubieran resuelto los problemas derivados de calidad de la educación básica de la zona y de la cultura propia del chilote. Esos problemas se apreciaron con fuerza en la medida que se dio preferencia en el ingreso a primer año a estudiantes de Chiloé con el sólo requisito de haber aprobado octavo año básico, sin importar el grado real de conocimientos correspondientes a la educación básica.

Una consecuencia de esto fue que, en las primeras semanas de clases, se advertía en la mayoría de los estudiantes grandes carencias en lenguaje y de conocimientos de matemáticas, a lo que se sumaba una limitada capacidad de comunicación, dependiendo de cuán apartado de los centros urbanos estuviera la residencia familiar. Para paliar esa situación, durante todos estos años se han perfeccionado mecanismos de diagnóstico, apoyo y nivelación procurando que al término del segundo medio se encuentren superadas las carencias de conocimientos, de autoestima y de comunicación, con un especial cuidado para que alumnos capaces no queden al margen del proceso educativo, por el sólo hecho que recibieron una educación básica incompleta, en razón de su lugar de residencia.

A contar del año 1993, atendiendo a una sugerencia del entonces Director de la Escuela de Artesanos Navales y mediante un convenio firmado con la Armada de Chile, la Fundación comenzó actividades de capacitación en Talcahuano.

Inicialmente, la intención de esta alianza fue participar en los programas de reconversión laboral para la ciudad de Lota, dictando en la Escuela de Artesanos Navales cursos de capacitación en el área de mecánica y de tripulantes de naves especiales para satisfacer la demanda de la actividad pesquera industrial proyectada en la localidad. No obstante, considerar que los cursos ofrecidos a la licitación convocada por SENCE eran de calidad y de bajo costo, la oferta presentada por la fundación no fue seleccionada.

En los años posteriores se postuló al programa nacional convocado por el SENCE, destinado a la inserción laboral de jóvenes «Chile Joven». En este concurso, la Fundación, representada por el Director de la Escuela de Artesanos Navales, se adjudicó 9 cursos, entre los años 1995 y 1998, por lo que alcanzó a capacitar a más de 160 jóvenes mediante cursos del área mecánica, soldadura y oficios afines. Estos cursos se impartieron principalmente a personal que estaba terminando su servicio militar en la Armada o el Ejército y fueron totalmente financiados por SENCE.

Los excedentes generados por esta actividad se destinaron a equipamiento de talleres e infraestructura de la Escuela de Artesanos Navales, lo que significó utilizar un 50% para inversiones solicitadas y controladas por el director de la Escuela de Artesanos; un 15% se destinó a un fondo de capacitación de Conscriptos Navales, administrado por la Dirección de Educación de la Armada y el 35% restante, para el fondo de inversión y desarrollo de la Fundación «Almirante Carlos Condell».

Así también, atendiendo a las disposiciones de la Autoridad Marítima que estableció como obligatorio para todo el personal embarcado en la flota pesquera los cursos de Supervivencia en el Mar y Control de Incendio, se dictó entre 1994 y 1996 cursos de Seguridad Marítima, todos ellos ejecutados, controlados y administrados por la Escuela de Artesanos Navales.

El éxito de estos cursos llevó a calificar a Talcahuano como la región con las mayores posibilidades de crecimiento para la Fundación «Almirante Carlos Condell»; tal es así que, en 1997 se acreditó, en la Escuela de Artesanos Navales, una sede del CFT Carlos Condell con la finalidad de formar Técnicos de Nivel Superior en Mecánica Naval. En ese contexto y atendiendo un requerimiento de la Armada, se iniciaron los estudios y trámites administrativos ante el Ministerio de Educación para ofrecer la carrera «Técnicos de Nivel Superior en Salud» (auxiliares de enfermería). Después de una larga tramitación y habiendo cumplido las exigencias de los Ministerios de Salud y Educación, en marzo del año 2000 se dio comienzo a los cursos para preparar Técnicos en Salud.

El grado de actividad alcanzado, la necesidad de dar una identidad propia al CFT, las exigencias del Ministerio de Educación y el hecho que la administración estaba a cargo de oficiales y profesores civiles de la Escuela de Artesanos Navales hicieron evidente la necesidad de establecer una sede de educación superior en Talcahuano, con administración independiente y que tuviera sus instalaciones en las proximidades de la Escuela de Artesanos Navales, de manera tal que las actividades lectivas se realizaron sin interferencias mutuas, manteniendo las facilidades de uso de talleres e instructores de la Escuela de Artesanos.

Para llevar adelante esa iniciativa se conversó con la Armada la posibilidad de acceder mediante, compra, arriendo o comodato a terrenos de la Base Naval Talcahuano en el sector las Canchas, próximos a la Escuela de Artesanos Navales. Esas gestiones no tuvieron éxito en razón de disposiciones que regulan el uso de tales terrenos. Como una alternativa provisoria, el año 1999 se arrendó al departamento de Bienestar Social Talcahuano la casa Nº 18 de la Base Naval, hacia donde se trasladaron las actividades de la Fundación y del CFT, en Talcahuano.

En busca de una solución definitiva se realizaron, sin éxito, conversaciones con la Municipalidad y otras instituciones. Finalmente, se acordó con el departamento de Bienestar Social de la Armada, la transferencia de un lote de 5.000 m2 en el sector El Morro, para lo cual previamente fue necesario subdividir el terreno.

Una vez cumplido ese trámite el Servicio de Bienestar, en el año 2002, desistió de la venta. Esto se sumó a resultados negativos de la gestión del CFT en los años 1999 y 2000, el cese de las actividades de capacitación debido al proceso recesivo de la actividad pesquera, el término de los programas «Chile Joven», y la imposibilidad de cumplir los plazos establecidos por el Ministerio de Educación para que el CFT tuviera una sede propia. Esos antecedentes llevaron al Consejo Directivo a acordar el cierre programado del CFT, proceso que debe quedar terminado a fines del 2004.

No obstante, la decisión de cierre del CFT, durante los años 2002 y 2003 y gracias a la gestión de su actual director don Fernando Chamorro Challat fue posible reducir la alta morosidad de pago de parte de los alumnos correspondientes a los años 1999 al 2001 y presentar resultados favorables producto de su acertada gestión económica. Eso permitió obtener excedentes razonables.

Es importante destacar que el CFT en Talcahuano fue proyectado como una acción social dirigida a hijos de personal naval y de particulares, entregando una formación de calidad con los aranceles más bajos de la zona, en horarios que permitían armonizar educación y trabajo. El CFT sobreponiéndose a las dificultades económicas que lo afectaron en los años 1999 y 2000, con apoyo de la Fundación, canceló rigurosamente todos los compromisos de arriendo y servicios con los profesores, la Escuela de Artesanos Navales, el Departamento de Bienestar y particulares.

En el año 1996, a solicitud de la Armada, la Fundación asumió la administración de la Escuela «Básica Carmela Carvajal de Prat», ubicada en la Isla Quiriquina. Como consecuencia del cambio de sostenedor este establecimiento pasó de la modalidad de administración particular-pagada financiado por el Departamento de Bienestar Social (T) y un pequeño aporte de los apoderados, a la modalidad de particular subvencionado con financiamiento compartido, financiado por la subvención que entrega el Ministerio de Educación y un aporte de los apoderados equivalentes a una UF. El director de la Escuela de Grumetes representa a la Fundación como sostenedor y es el administrador de la escuela.

La «Escuela Carmela Carvajal de Prat» daba atención escolar a cerca de 100 niños hijos del personal naval residente en la isla. En el año 2003 la Fundación realizó importantes mejoras en las instalaciones de la escuela lo que sumado a la exitosa gestión de la directora señora Gloria Vargas Mayor y del cuerpo de profesores, permitió el presente año aumentar la matrícula a 140 niños, de los cuales cerca del 30% son residentes de la base naval y que viajan diariamente en los remolcadores de la isla.

En el año 1998 a solicitud del entonces Comandante en Jefe de la 2ª Zona Naval, Contraalmirante don Federico Klein Koch. Se realizaron gestiones ante la Ilustre Municipalidad de Talcahuano para asumir la administración de la Escuela Básica «Corneta Cabrales» de la población «Las Canchas». En circunstancia que esas gestiones no prosperaron, se hizo un completo estudio para construir una escuela básica para 600 alumnos, quedando a nivel de proyecto para el futuro.

Durante este período de crecimiento sostenido, además de la gestión descentralizada en Valparaíso, Iquique, Chiloé y Talcahuano, la Casa Central de la Fundación «Almirante Carlos Condell», ubicada en Gran Bretaña 1001, Playa Ancha, en Valparaíso, coordinó los programas y proyectos de desarrollo institucional y de asistencia técnica a establecimientos e instituciones afines. Entre esas actividades proporcionó apoyo a los Liceos Marítimos en Quintero, Maullín, Puerto Aysén y Puerto Williams y a la Escuela Industrial de Valparaíso. Organizó dos encuentros nacionales de educación pesquera con la participación de destacados panelistas extranjeros y en el año 1999, conjuntamente con el Centro de Cultura Naval y Marítima, un concurso de creatividad asociado al medio ambiente marino para escolares de 7º Básico a 4º Medio que se denominó «INVENTAMAR». Entre el año 1999 y 2001 llevó a cabo el programa de apoyo a la educación rural en Chiloé, la creación del Colegio Patricio Lynch de Valparaíso y respondiendo a una solicitud de la Dirección de Educación de la Armada se formuló el Plan piloto de Acercamiento a la Armada de Chile y a la Actividad Marítima, para ser aplicado en establecimientos de educación media. Hay que destacar asimismo que en 1997 se participó en la redacción del documento «Bases Para la Formulación de una Política Oceánica Nacional.

El programa de apoyo a la educación rural en Chiloé iniciado en el año 1999, a cargo de la profesional de la Dirección de Educación de la Armada, señora Verónica Leiva Guerrero, tenía por objeto crear las condiciones para que escuelas rurales de la comuna de Quellón con cursos combinados de 1º a 6º básico y atendidas por sólo 2 profesores, mediante la contratación de un tercer profesor y el apoyo a distancia de los profesionales de la Fundación «Almirante Carlos Condell», dictaran los cursos de 7º y 8º básico incorporando como objetivos transversales, formas de vida amistosas al medio ambiente y uso sustentable de los recursos naturales.

Como consecuencia de esta iniciativa, el Ministerio de Educación el año 2000 regularizó y autorizó la innovación desarrollada experimentalmente y al término del proyecto en las tres escuelas piloto egresó la primera promoción de alumnos de 8º básico con rendimientos similares a los de las escuelas seleccionadas como referencia para evaluar el proyecto.


El ingreso a la educación Centífico-Humanista

El «Colegio Patricio Lynch» de Valparaíso es consecuencia de una serie de circunstancias y de la voluntad de ofrecer atención escolar a hijos del personal naval. Todo comenzó en el año 1995 cuando la Fundación como una forma de cooperar a COANIL le compró el inmueble de calle Camilo Henríquez 173 en Playa Ancha, donde hasta entonces estuvo el hogar «Las Margaritas». Entre los años 1996 y 1998 funcionó en ese inmueble la sede Valparaíso del Instituto Profesional Libertador de los Andes y al año siguiente el local fue arrendado por el Colegio Particular «Anglo Americano».

En circunstancia que el Colegio «Anglo Americano», en el segundo semestre del año, no pudo cancelar el arriendo debido al retiro de alumnos y a la morosidad de los apoderados, se trató de compensar los arriendos adeudados con becas ofrecidas por la Fundación a través del Bienestar Social (V) para hijos de personal naval en dificultades económicas. A fin de año se saldó la deuda con el traspaso a la Fundación de los bienes y el equipamiento del colegio, con el compromiso por parte de la Fundación de abrir uno nuevo que permitiera la continuidad de estudio a los alumnos del Colegio «Anglo Americano».

Cerrado el Colegio «Anglo Americano», la Fundación «Almirante Carlos Condell» habilitando salas y dependencias provisorias destinadas a cumplir las exigencias del Ministerio de Educación para dictar cursos de 1º básico a 4º medio, abrió en marzo del año 2000, en el mismo local el Colegio «Patricio Lynch» y lo hizo en la modalidad de particular subvencionado con financiamiento compartido. El proyecto educativo puso en sus propósitos un especial énfasis en la formación valórica y el respeto a la tradición histórica y cultural de la nación chilena, con actividades programadas desde las 8 a.m, cuando se inicia la jornada en las reparticiones navales del sector, hasta las 18 p.m, al término de la jornada laboral de los padres.

Ese mismo año se postuló al tercer concurso » Aporte Suplementario por Costo de Capital Adicional» con un proyecto para la construcción de un nuevo edificio para el Colegio «Patricio Lynch», el cual fue resuelto a mediados del 2001 adjudicando a la Fundación el aporte solicitado de 7115 UTM equivalente al 50% del costo total del edificio y su equipamiento. De acuerdo al proyecto presentado se construyó un edificio de 1700 m 2 con capacidad para 420 alumnos en 12 salas de clases que quedó terminado y entró en funciones a mediados del año 2002.

Puesto que el proyecto financiado por el Ministerio de Educación consideró sólo dos cursos por nivel de 7º Básico a 4º Medio, a comienzos del 2002 se postuló a un nuevo llamado de «Aporte Suplementario de Capital por Déficit de Cobertura» para construir otra sede en calle Levarte 260 de Playa Ancha. Ese proyecto fue seleccionado por el Ministerio de Educación adjudicando 7540 UTM, cifra que representó algo menos del 50% del valor de la construcción y equipamiento; en ambos casos la diferencia la aportó la Fundación. Este segundo local entró en funciones en marzo del 2004 con el nombre de Guardia Marina Riquelme

Modificación de Estatutos y Cambio de Estructuras 1998-2002

Hasta el año 1997 la gestión directiva y las relaciones con otras instituciones afines, así como la ejecución de proyectos de desarrollo institucional, estuvieron radicadas en la Casa Central a cargo del presidente apoyado por una pequeña planta de personal integrada por seis personas. La gestión de Administración y Finanzas era supervisada por el consejero tesorero señor Luis Leiva Celedón. Esa reducida planta de personal se hacía insuficiente si además se considera que el presidente prestaba servicios en la DGTM y MM.

Poco después de asumir como Comandante en Jefe de la Armada el Almirante don Jorge Patricio Arancibia Reyes a comienzos del año 1998, decidió que la Armada tuviera una mayor participación en la gestión de la Fundación. Para ese efecto dispuso que el Director de Educación de la Armada se incorporara al Consejo Directivo. Por otra parte, el grado de actividad alcanzado por la Fundación ya no permitía que las funciones de dirección y gestión superior, se realizaran ad honorem y en jornada parcial por el Presidente del Consejo Directivo. Es así que en diciembre de ese mismo año, el hasta entonces presidente de la Fundación don Enrique Maldonado Roi renunció al Consejo Directivo y fue contratado como Director Ejecutivo y el Director de Educación de la armada, Contraalmirante don Eduardo García Domínguez asumió la presidencia de la Fundación ,a quien le sucedieron el CA don Rodolfo Codina Díaz en el año 2001, el CN don Carlos Risso Raveau en el 2002 y el CA Señor Sergio Robinson Prieto, a contar de enero del año 2003.

Con el propósito, entre otras materias, de oficializar la participación del Director de Educación de la Armada en el Consejo y crear la figura de Director Ejecutivo, se iniciaron los estudios y trámites administrativos para modificar los estatutos.

En diciembre del año 2000, después de un largo proceso interno y casi un año de tramitación en el Ministerio de Justicia, por resolución 1.234 de fecha 22 de diciembre del 2000 se aprobó la modificación del estatuto, que en lo fundamental amplía el objetivo de la Fundación, incorporando la educación en todos sus niveles y una preocupación relevante por la tradición histórica y los valores permanentes de la nación. Así mismo, trasladó el domicilio de la Fundación de Santiago a Valparaíso; modificó la composición del Consejo Directivo que quedó integrado por el Director de Educación de la Armada, tres consejeros designados por el Comandante en Jefe de la Armada: un consejero designado por la Sociedad Nacional de Pesca, uno por la Liga Marítima de Chile y uno por la Dirección General del Territorio Marítimo y MM. Crea la figura de Director Ejecutivo como un cargo remunerado y de confianza del Consejo y se actualizaron las facultades administrativas del Consejo. Y por último, modifica el destino final de los bienes de la Fundación en caso de disolución, dejando como único beneficiario a la Asociación Hogar de Niños Arturo Prat.

Para reforzar la gestión del Director Ejecutivo, en el año 2000 se contrató como subdirector al Capitán de Navío (R) señor Rafael Mackay Bäckler quien prestó servicios a la Fundación por poco más de un año. En ese mismo año se contrató como Gerente Administración y Finanzas al Capitán de Fragata (R) Michel Gatica Costa. En Julio del 2002 se crea el Departamento de Educación de la Fundación asumiendo esa función el CA señor Federico Klein Koch, siendo reemplazado el 2003 por el CN (R) don Alejandro Cahis Patiñó.

Con fecha 31 de diciembre de 2002, por acuerdo del Consejo Directivo, se puso término a los servicios del Director Ejecutivo don Enrique Maldonado Roi y se designó en su reemplazo al Contraalmirante don Federico Klein Koch.

Gestión de Proyectos de Inversión en el año 2003

     Durante el año 2003 la gestión en la casa central y unidades ejecutoras tuvo un carácter de continuidad en los aspectos académicos con importantes inversiones en infraestructura y equipamiento.

      La creación de la Dirección de Educación de la Fundación potenció seriamente la preocupación por el resultado de la educación en los distintos estamentos educacionales dependientes.   La recopilación estadística de resultados educacionales, la organización de la capacitación de los estamentos educativos, el control y evaluación del desempleo de los profesores y el análisis de los resultados de las pruebas SIMCE y PAA (hoy PSU) han sido algunos de los pilares del accionar de este nuevo departamento.

       La Dirección de Finanzas e Infraestructura por su parte, se abocó en una primera instancia a la modernización de su sistema de contabilidad y enlace con los estamentos dependientes, terminando por enlazarse con el más moderno equipamiento computacional y comunicación permanente por Internet.   A esto, se agregó en infraestructura un mejoramiento global de calidad de vida de todo el personal que sirve a la Fundación con modernización y mejoramiento de salas de profesores, comedores, baños, comunicación interna, etc.   Durante el año 2003  administró un presupuesto de inversiones de setecientos millones de pesos destacando  la construcción del colegio Guardiamarina Riquelme con una inversión de quinientos millones de pesos, (con un aporte estatal de doscientos treinta millones); en el Instituto de Chonchi la ampliación de la biblioteca (300 mts2), la remodelación e implementación de la sala de computación, la construcción de cuatro salas de clases, la ampliación de los comedores de alumnos y un nuevo comedor de profesores, construcción de una sala de proceso y la ampliación transitoria del internado femenino, la adquisición de un moderno vehículo , etc: en el Instituto de Iquique la instalación de techo  removible en la piscina, habilitación de un nuevo comedor, baños y sala de profesores; en el colegio Patricio Lynch la construcción de un taller de música y nueva sala de profesores más amplia; en la Escuela “Carmela Carvajal de Prat” de un patio-gimnasio techado y la modernización de los baños; y en el Instituto Profesional  Libertador de los Andes sede Valparaíso con la modernización de salas de clases y baños y la construcción de dos salas más, han sido parte de las obras.

En el año 2004 con la participación y aporte de $ 92.300.000 de la Fundación “Andes”, se proyecta construir un nuevo y moderno internado femenino con capacidad de 120 camas, en el Instituto del Mar “Capitán Williams” de Chonchi con una inversión total de doscientos ochenta millones.  Esta inversión tiene por objeto satisfacer la demanda generada por la especialidad de Elaboración Industrial de Alimentos.

En el año 2005 está proyectada la construcción y puesta en marcha en el Instituto del Mar en Chonchi de un Centro de Instrucción de Buceo con una piscina techada y una cámara de escape para instrucción y entrenamiento de los alumnos de las distintas especialidades.

Para el período 2006-2008 está proyectada la construcción de un colegio científico humanista para 800 alumnos en jornada escolar completa en Villa Alemana.   Los terrenos para este colegio están en proceso de compra.   Este proyecto con un costo estimado de $ 800.000.000.- se espera financiar con la adjudicación de un aporte equivalente al 50% por el Estado, en un próximo llamado del Ministerio de Educación a un concurso de “Aporte de Capital Suplementario por Déficit de Cobertura” y el saldo restante sería cubierto con fondos propios y un crédito bancario.

En el año 2001 los colegios y liceos tenían una matrícula total de 1.448 alumnos. Entre los años 2002 y 2004 entraron el funcionamiento los Colegios Patricio Lynch y Guardiamarina Riquelme respectivamente. Al año 2010 la matricula era de 2.050 alumnos, observándose un crecimiento en el decenio en un 57, 8% en los educandos.

De igual modo la cantidad de alumnos internos al año 2001 eran de 200 concentrados únicamente en el Instituto de Mar de Chonchi. El año 2002 se incorpora esta capacidad al Instituto del Mar de Iquique. Hoy día tenemos la capacidad de albergar 700 internos, 620 de ellos en Chonchi y 80 en Iquique.  Actualmente tenemos un total de 598 alumnos en régimen de internos.

Durante este decenio han egresado de nuestros establecimientos técnicos 2.253 alumnos y de ellos se han titulado 1.667. En este aspecto, se puede indicar que al año 2001 se titulaba el 39,3 % en comparación con el 83,6 % de los alumnos egresados que cumplieron con los requisitos y se titularon, en el año 2009.

 En el ámbito de la educación superior, existió hasta el año 2007, la Universidad Marítima, establecimiento en el cual esta Fundación nombró dos Directores anualmente.

 A contar del año 2011, se incorporó un campo nuevo al proyecto educativo del Colegio Guardiamarina Riquelme de Valparaíso, al crearse un jardín infantil para dar continuidad a la oferta educativa y mejorar el aprendizaje de los alumnos desde una base más temprana.

La Fundación se financia principalmente con la subvención estatal que reciben los colegios y liceos particulares-subvencionados por la asistencia diaria de alumnos. En el Instituto del Mar de Chonchi, este ingreso de subvención es esencial porque no se puede cobrar a los alumnos debido a su bajo nivel socioeconómico. Además, la Fundación recibe ingresos de la subvención de internado, el DL 889 y el aporte estatal al mantenimiento. En los colegios Lynch y Riquelme de Valparaíso y Carmela Carvajal de Prat de Talcahuano, que son de financiamiento compartido, se cobra una colegiatura mensual. La Casa Central se financia con el 8% de los ingresos de cada establecimiento.

La Fundación también ha recibido aportes extraordinarios de empresas y entidades nacionales y extranjeras, que se han materializado en el Instituto del Mar de Chonchi. Estos aportes incluyen donaciones de equipamiento y materiales por parte de la O.F.C.F. de Japón y NORAD de Noruega, entre otros. Además, la Fundación ha recibido aportes del Estado a través del Ministerio de Educación para la construcción de los colegios Patricio Lynch y Guardiamarina Riquelme.

En 1990, la Fundación creó la Universidad Marítima, pero posteriormente esta entidad tomó su autonomía administrativa. Sin embargo, los estatutos de la universidad establecían que, en caso de cierre y término de actividades, su patrimonio pasaría a la Fundación. En 2007, la universidad cerró sus puertas y gran parte del mobiliario pasó a la Fundación. Una parte del mobiliario fue entregada a la Universidad Andrés Bello, que recibió al alumnado de la UMACH.

En 2008, la Fundación firmó un convenio con la Fundación Minera Los Pelambres para la construcción de un instituto técnico-profesional orientado hacia el área marítima en Los Vilos. Sin embargo, en 2010, la Fundación Minera Los Pelambres decidió rescindir el contrato para reorientar el liceo hacia la minería, y la Fundación «Almirante Carlos Condell» fue indemnizada.

INFRAESTRUCTURA

Instituto Profesional Escuela de Marina Mercante Piloto Pardo​

Consecuente con los objetivos estratégicos establecidos para el periodo 2014-2020, la Fundación Almirante Carlos Condell adquiere la sociedad Instituto Profesional Mar Futuro SpA. Por escritura pública de fecha 25 Enero 2016, modificándola y pasando a denominarse Instituto Profesional Escuela de Marina Mercante Piloto Pardo SpA.

El capital asociado pertenece en un 100% a la Fundación de Derecho Privado Carlos Condell.

La modificación de la sociedad se publicó, en extracto, en el Diario Oficial del 9 de Febrero de 2016 y la inscripción en el Registro de Comercio del Conservador de Bienes Raíces de Valparaíso.

La creación, organización y mantención del Instituto Profesional Escuela de Marina Mercante Piloto Pardo, tiene como principal Misión la formación integral de profesionales para la Marina Mercante, en los ámbitos del conocimiento (saber), de formación social (ser) y de competencias (saber hacer). Esta tarea debe desarrollarse cumpliendo las normativas vigentes – nacionales e internacionales – de tal manera que los alumnos que egresen puedan desarrollarse en el ámbito de la marina comercial global.

Este establecimiento de educación superior está debidamente reconocido por la autoridad educacional (Ministerio de Educación), y la Autoridad Marítima (Dirección del Territorio Marítimo y de Marina Mercante –Armada de Chile) e iniciará sus funciones el día 14 de marzo en las instalaciones de calle Levarte N.º 66, Playa Ancha, Valparaíso.

Cursos y Carreras: La Escuela de Marina Mercante Piloto Pardo, ofrece las siguientes carreras y cursos:

  • Carrera de Ingeniería en Marina Mercante, Mención Puente.
  • Carrera de Ingeniería en Marina Mercante, Mención Maquinas Marinas.
  • Carrera de Técnico Superior en Marina Mercante Mención Puente.
  • Carrera de Técnico Superior en Marina Mercante Mención Puente.

Las Mallas curriculares, contenidos y objetivos de los cursos han sido aprobados por la autoridad educacional nacional, cumplen la normativa nacional y asimismo las recomendaciones internacionales adheridas por el Estado de Chile.

Cursos Especiales de Formación para postulantes a Oficiales de Cubierta y de Máquinas para la Marina Mercante, aprobados y acreditados por la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante en acuerdo a disposiciones legales vigentes.